
Recuerdo para muchos de nosotros e historia para muchos otros más jóvenes. También en Menorca una exposición fotográfica nos ha transportado hacia los últimos setentas de asambleas, manifiestos, proclamas y victorias. Pero aún siguen ahí, levantados, los muchos cuarteles con sus símbolos de arrogancia. Y de entre ellos, el más grande, el más poderoso... La Mola, en la bocana del puerto de Maó, en cuyo foso lucen todavía las huellas de los disparos contra los rojos fusilados y cuyos pabellones albergaron uno de los penales para presos políticos más duros del régimen fascista. Hoy La Mola ya no cumple ningún servicio militar pero sigue siendo, todavía, propiedad de los militares...
Sólo han pasado 30 años desde aquel 15-J del 77.
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